Luis Juárez. Foto: Felipe Zavala/Expreso Deportivo.
MEXICALI, Baja California.- En 59 años de historia en este beisbol invernal, jamás un pelotero nativo de Culiacán, Sinaloa, había podido ganar la corona de bateo y Luis Juárez ha escrito su nombre con letras de oro.
Apenas este 30 de diciembre, Luis Juárez no sólo se convirtió en el sexto emplumado en ganar el título de bateo en la Liga Mexicana del Pacífico, sino que también puso de fiesta a sus paisanos culichis con un porcentaje de bateo de .364, imponiéndose en la recta final al dominicano Leandro Castro, de los Cañeros, que finalizó con .347.
“Cuando me enteré de este dato al inicio del juego me puso a pensar muchas cosas, ojalá que seamos muchos más culichis que podamos lograr este título y por qué no, le da un poquito más de sabor a esto, el saber que soy el primer culichi en ganarlo”, dijo al concluir la temporada regular en el Nido de la Ciudad Deportiva.
Su alegría no cabía en el recinto de los emplumados, no era para menos, luego de siete temporadas como profesional en la LMP, todas con Mexicali, se alzaba con el título de bateo ante su gente en la capital bajacaliforniana.
“Gracias a Dios se dieron las cosas, aquí estamos, es algo muy importante para mi y para mi carrera, ahora a prepararos para lo bueno, que son los playoffs”, comentó con un nudo en su garganta y unos ojos a punto de soltar las primeras lagrimas de felicidad.
Y es que antes de éxito en su carrera, el afamado “Pepón” ha vivido momentos no gratos, como suspensiones en el beisbol de verano, situaciones que ha sabido superar con el apoyo de amigos y compañeros de trabajo.
“Son demasiados momentos vividos, muchos sentimientos encontrados también y ahora soy campeón bateador de esta Liga (Mexicana del Pacífico), estoy feliz”, señaló.
A diferencia de otros peloteros, Luis Juárez salió al último juego de la temporada para tratar de ayudar a su equipo, hubo buenos contactos pero a las manos, no hubo hits pero aún así pudo festejar la supremacía en uno de los departamentos más preciados en el beisbol.
Con ello, el sinaloense ha emulado las hazañas de John Kruk en la temporada 86-87 (.385), Dave Hollins en la 89-90 (.327), Matías Carrillo en la 92-93 (.404), Darryl Brinkley en la 96-97 (.369) y Gil Velázquez en la 2014-25 (.344), el selecto grupo emplumado.
“Esto es muy importante para mi, que bueno que lo hice con la franela que tanto quiero, que amo, con la afición que siempre ha estado conmigo y con la directiva que siempre confió en mi, hay que disfrutarlo”, dijo.
¿A quién va dedicado este título de bateo?
“A mi familia, que es lo primordial, que es lo más grande que tengo, a toda esa persona que se acerca a mi y me ha tendido su mano, es muy importante para mi que dentro y fuera del terreno de juego siempre me ayudaron, siempre estuvieron conmigo, más en los momentos difíciles, estoy muy agradecido con todos ellos, con mi coach de bateo (Eddie Castro), la gerencia, Jesús Sommers que siempre estuvo pegado a mi, dándome consejos, a la afición que cada turno estuvo apoyándome, que mejor regalo que esto para ellos”.
¿Quién te apoyado a pulir tu mecánica de bateo?
“He tenido muchos coach de bateo, creo que para mi han sido los mejores, creo que he agarrado un poco de cada uno, ahorita tengo conmigo a Eddie Castro, una buena persona, también he tenido tres años a Sommers, han jugado un papel muy importante en mi, en lo mental y en lo mecánico también ha aportado él (Sommers)”.
¿Qué te pareció la respuesta de la afición tras ganar el título de bateo?
“Te pone chinito la verdad, el salir y que la gente te reconozca, que te aplauda, en el playoff pasado (temporada 2015-16), cuando salía a la caja de bateo también tenía ese apoyo, te pone la piel chinito, es lo mejor, nada como eso”.
Luis Juárez ha despedido la temporada regular con este campeonato de bateo con un porcentaje de .364, producto de 72 hits en 198 viajes al plato, además, en cinco ocasiones se fue para la calle y remolcó a 30 compañeros en 57 partidos.
