MEXICALI, Baja California.- Desde el año pasado, hay un equipo que en su base es mexicalense, pero es el único representante de Baja California en el máximo torneo de voleibol en el país: la Liga Mexicana de Voleibol (LMV).
Con el objetivo de desarrollar el voleibol en el país, nació la LMV que se ha convertido en el principal escaparate para armar las selecciones nacionales en ambas ramas.
El pasado mes de enero, el presidente de la Federación Mexicana de Voleibol (FMVB), Jesús Perales, presentó la creación de la liga en su segundo torneo y en el cual destaca la participación del equipo Cachanillas.
Conformado en su gran mayoría por jugadoras nativas de Mexicali, Cachanillas es el único representante de Baja California, en el torneo que compiten también equipos como Tigrillas de la UANL, Pumas de la UNAM, Tapatías de Jalisco, ITESM de Chihuahua y Cafeteras de Córdoba, entre otras.
El circuito es semiprofesional y desde 2015 las Cachanillas consiguieron el ascenso a la liga tras competir en la Copa Federación.
En su debut en la LMV en 2016, Cachanillas finalizó en el quinto lugar general y un punto las dejó fuera de participar en el Final Four.
“Fue una experiencia muy bonita, muy grata, fue de sufrirle mucho por el lado de los patrocinios, de lado de buscar fondos para los viajes, viáticos, el año pasado el formato de la liga permitía que la sede proporcionaba hospedaje y alimentación, este año el formato cambió y ahora casa equipo está obligado a pagarse todo”, comentó el entrenador en jefe del equipo, José González Jiménez.
Aquella primera participación en la LMV, fue de debut en todos los sentidos para Cachanillas, quienes por el sistema de competencia no tuvieron la oportunidad de jugar en casa y aún así, se quedaron entre las mejores del país.
En esta ocasión, el calendario les ha permitido tener en juegos en casa y el pasado fin de semana fue su presentación ante su afición, con barrida sobre Virtus de Guanajuato en la cancha del Cetys Universidad.
Sin embargo, al equipo le queda una salida para enfrentar a ITESM de Chihuahua, viaje que hasta el momento se les complica económicamente.
A solventarse los gastos
Para realizar cualquier viaje, cada jugadora del equipo termina con una inversión de $4, 500 pesos aproximadamente. Gasto que se ajusta apenas para cubrir el boleto de avión, una noche de hotel y comidas.
Además, durante la estancia en la ciudad en la que les toca jugar, tienen que pagar transporte para moverse del hotel a la sede en la que les toca jugar.
“Los gastos corren por nuestra cuenta, las muchachas se consiguen patrocinadores personales, que les ayuden con el boleto de avión, con el hospedaje, yo he buscado los uniformes que sean de mayor calidad y económicos posibles, ahorita hay pequeñas empresas y gente del voleibol que nos ayuda, son detalles de personas que están al pie con nosotros”, agrega José González.
Para la inscripción del torneo el equipo recibió apoyo de parte del Gobierno del Estado, así como el INDE que ha facilitado la sede del Auditorio del Estado y también han tenido acercamientos con el Imdecuf.
Pero el principal gasto para el equipo, siguen siendo las salidas a otras ciudades ya que se deben de presentar al juego con al menos diez jugadoras para evitar un multa de $5 mil pesos por cada jugadora que no asiste.
“Esto ha sido nuestro hobbie desde pequeñas, es algo que en verdad amamos hacer cada día y para nosotras vale la pena el esfuerzo que hacemos, sin embargo, si es difícil sacar el dinero y ya que desde que salimos de Olimpiada Nacional, cada torneo es por nuestra cuenta”, comenta la capitana del equipo, Diana Ramírez.
Hasta el momento, el equipo Cachanillas marcha con dos juegos ganados y dos perdidos; este fin de semana será de menor presión económica al recibir juego en casa frente a Ferrocarrileras, pero mientras el tiempo transcurre y los apoyos no fluyen, el principal rival es la adversidad.
