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Roberto Espinoza / @Beisbolpuro

CULIACÁN.- Una tarde veraniega de junio de 2008, Héctor Velázquez sudaba la camisa de los Rieleros de Empalme en la Liga Norte de Sonora cuando un consejo le cambió la vida para siempre.

Su sueño era llegar a debutar como jardinero en el equipo grande de los Piratas de Campeche de la Liga Mexicana de Campeche, y en su segundo año como pelotero profesional iba en camino a lograrlo. Era un espigado y talentoso jardinero central que estaba llamado a “no fallar” en Liga Mexicana.

Dicha tarde, apareció en Empalme, Sonora, Maximino León, un ex lanzador con experiencia en Grandes Ligas y en ese entonces scout de los Astros de Houston, quien al verlo desempeñarse a la defensiva, y verle un brazo prodigioso, le recomendó darle un giro a su carrera, y tratar de buscar ponchar en lugar de ser ponchado.

“Todo se dio en el verano en la Liga Norte de Sonora, en el 2008. Yo estaba ahí jugado de outfield, y llegó Maximino León, y él fue el que me dijo que me veía más futuro como lanzador que como bateador para poder jugar en Estados Unidos.

“Llegó el invierno de ese año y entonces fue cuando yo tomé la decisión de hacer la transición a pitcher y comencé a entrenar ya como lanzador en la sucursal de los Piratas de Campeche en Compostela, Nayarit”, revela Velázquez.

Con 28 años de edad, “Torín”, como es conocido en su natal Ciudad Obregón, puede presumir que es el único lanzador en la historia de la Liga Mexicana del Pacífico con dos trofeos de “Lanzador del Año”. El primero fue en la temporada 2013-14 (8-1, 2.17) y el otro en la 2016-17 (9-3, 2.32).

En su paso en la Liga Infantil Tomás Oroz Gaytán de Ciudad Obregón, Velázquez dejó huella como pitcher con el equipo Lobos, donde jugó desde la categoría 5-6 años y en la desde los siete años comenzó a combinar su gusto por lanzar y jugar varias posiciones del cuadro. Incluso fue firmado al profesionalismo como short stop y luego movido al jardín central.

“Decidí hacer el cambio a lanzador porque yo pitcheaba en las ligas infantiles, por eso tenía nociones, eso fue lo que me ayudó a subir rápido, pues solo estuve un año en sucursales de los Piratas como lanzador, aunque pasé por la Academia, Norte de Sonora, Noroeste, y fue realmente rápido”, explica el diestro, quien ahora disfruta de su llamado a la Serie del Caribe como refuerzo de los Caballeros Águilas de Mexicali.

Aunque su transición le llenó el ojo a Maximino León, el acuerdo entre los Astros de Houston y los Piratas de Campeche no se logró, y Velázquez inició en 2010 su carrera como lanzador en la Liga Mexicana, nada más y nada menos que ganando el trofeo al Novato del Año.

“Al final no se hizo nada con los Astros de Houston. Anduvieron detrás de mí pero tú sabes cómo son las negociaciones con los equipos de Liga Mexicana, no llegaron a ningún acuerdo y aquí sigo”, confiesa.

¿A quiénes consideras tus mentores en el pitcheo?

“Fueron varios los coaches a los que yo les debo la ayuda para convertirme en lanzador, entre ellos Mario Sulú y un cubano de nombre Pedro Pérez, pues ellos fueron mis coaches con los Piratas de Campeche y fueron los primeros que me fueron puliendo.

“El manager en ese entonces con los Piratas de Campeche era Héctor Estrada, y él me dijo que me dejaba a mi elección si quería seguir como jardinero y bateador o prefería hacer el cambio a lanzador. De bateador el primer año de profesional batallé, pero el segundo aprendí más y tuve como compañero en la Liga Norte de Sonora a Matías Carrillo, quien me enseñó cosas de bateo, pero tomé la decisión de cambiar de posición”.

¿Esperabas en el 2008 tener el éxito que tienes ahora como lanzador?

“Sí, te soy sincero, porque yo trabajo para superarme a mí mismo día con día, y no es algo que me sorprende porque uno tiene que aspirar siempre a lo más alto y yo soy una persona de mentalidad positiva. Si yo trabajo duro en el gimnasio, corriendo, siempre pienso que voy a tener buenos resultados adentro del terreno de juego. De qué nos van a dar (batazos), nos van a dar, y uno va a tener salidas buenas y malas, pero mientras tú estés bien preparado físicamente tienes oportunidad de muchas cosas”

EL SPLITFINGER, LA CEREZA DEL PASTEL

Desde hace unos años Velázquez es un lanzador estelar en el beisbol mexicano, pero para el 2016 agregó un arma que resultó letal en su arsenal de pitcheo: la recta de dedos separados.

Dicho lanzamiento le ayudó a conseguir su mayor cifra de ponches en una temporada tanto en el verano como en el invierno. En el verano ponchó a 120 bateadores en 131.1 innings lanzados y su mejor marca era de 98 en 118.2 entradas en 2014, mientras que en el invierno abanicó a 87 en 85.1 episodios, dejando atrás los 60 que recetó en 74.2 entradas en 2013-14.

“A mí me gusta mucho usar mi recta para ponerme arriba de los bateadores, y ya después utilizar mis pitcheos rompientes. En el verano agregué el splitfinger (recta de dedos separados) y ese pitcheo me empezó a ayudar bastante. De hecho yo no ponchaba tanto y con el ‘split’ empecé a ponchar a más bateadores. Fue José Oyervides (su compañero en verano con Acereros de Monclova y en invierno con Mayos de Navojoa) quien me recomendó el lanzamiento, me enseñó el agarre y ya después yo fui modificando las formas de soltar la bola y resultó la cereza del pastel”, reveló.

EL DATO

A los 17 años de edad los Diablos Rojos del México estuvieron a punto de firmarlo, pero su padre se encontraba trabajando en Hermosillo y no estuvo en casa para firmar el contrato, lo que evitó que se diera en ese momento la contratación. Quedaron de enviar más adelante gente que lo firmara pero nunca llegaron y entonces aparecieron los Piratas de Campeche y se hicieron de su contrato.

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